TERRITORIOS

SALA 1

SALA INTRODUCTORIA

aguila

 

Águila cuauhxicalli

Palacio Marqués del Apartado, ca. 1502-1520
Talla en piedra volcánica
Museo del Templo Mayor, Instituto Nacional de Antropología e Historia / Secretaría de Cultura

Esta águila fue encontrada en el subsuelo del Palacio del Marqués del Apartado. Se trata de un cuauhxicalli o recipiente en que se ofrendaba la sangre y el corazón de los guerreros. El sacrifi- cio fue el fundamento del imperio mexica en su relación con el cosmos, mientras que el águila es una representación del Sol que simboliza el encuentro con la luz.

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Teocalli de la Guerra Sagrada

Palacio Nacional, 1200 d. C – 1521 d. C.
Talla en basalto
Museo Nacional de Antropología, Instituto Nacional de Antropología e Historia / Secretaría de Cultura

El templo denominado teocalli simboliza la fundación del imperio mexica: representa la Guerra Sagrada emprendida por el Sol y la Tierra para perpetuar el nacimiento de Tonatiuh, astro solar que permite la vida. Asimismo, muestra el lugar donde habría de construirse Teno- chtitlán: allí donde un águila se posa sobre un nopal.

Fundar el territorio

La fundación de una ciudad es uno de los ejemplos más claros de la fuerza de la voluntad humana sobre el territorio. Por ello, tiene un carácter físico pero también simbólico: se cons- truye un espacio al mismo tiempo que se le otorga un propósito y un carácter propio que lo distingue de otros.

La creación de México-Tenochtitlán en un islote es muy reveladora. Físicamente implicó apropiarse y hacer habitable un medio lacustre que sería transformado paulatinamente. Simbó- licamente, se constituyó en un centro político-religioso a partir del cual se dominaron otros territorios más lejanos.

El águila sobre el nopal: origen de una ciudad y símbolo de una nación.

Fundar el territorio

Mostrar el origen de un territorio no necesariamente requiere una narración: basta una imagen que lo represente, cuya fuerza puede permanecer a lo largo de los siglos.

El águila sobre el nopal refiere al mito de fundación de Tenochtitlán y simboliza el poderío mexica sobre un vasto territorio. Por esa razón, los conquistadores españoles se apropiaron de este emblema al tomar posesión de la ciudad, mientras expandían su propio dominio. A esto también se debe que los insurgentes independentistas lo transformaran en el escudo de la nueva nación mexicana.

Lo que inicialmente fue la imagen del mito fundacional de una ciudad se desplegó como representación del territorio de todo un país.

En el reverso del Teocalli de la Guerra Sagrada aparecen, por primera vez, el águila y el nopal que representan la fundación de Tenochtitlán. De la boca de la serpiente brota la palabra atl-tlachinolli (agua-fuego) que significa guerra.

Este dibujo, realizado inmediatamente después de la conquista, incorpora diversos elementos españoles a la imagen prehispánica, como la cruz y la espada o las columnas y arcabuces que se mezclan con los macuahuitl o espadas mexicas.

El escudo utilizado en la primera impresión de la Constitución Mexicana de 1824, muestra al águila enmarcada por una rama de laurel y otra de encino, símbolos de poder y grandeza, elementos propios de la heráldica europea.

La Tira de la Peregrinación fue realizada hacia 1540 y está compuesta por 22 láminas. Narra el trayecto recorrido por los mexicas desde la mítica Aztlán, cuya ubicación aún se desconoce, hasta llegar a la Cuenca de México, momento en que la narración del documento se interrumpe por motivos desconocidos.

 

También se le conoce como Códice Boturini en honor a Lorenzo Boturini, historiador italiano que vivió ocho años en nuestro país, quien rescató éste y otros códices como parte de su interés por reunir documentos sobre la historia mexica.